Camarga, entre naturaleza y fiestas populares

    Camarga, entre naturaleza y fiestas populares
    En el sur de Francia, entre marismas, marismas, toros, caballos y flamencos rosados, donde las tradiciones provenzales se fusionan con el folclore español y gitano.

    La Camargue Se trata de una zona lagunar del sur de Francia que siempre despierta un encanto inexplicable. Quizás porque la mitad del territorio es un parque Natural que se extiende alrededor del Rodano. O tal vez porque está influenciado tanto por influencias climáticas como culturales provenzales y españolas.



    Pero también para el variedad de pueblos, uno más pintoresco que el otro, para gente soleada, para mujeres fiestas tradicionales, como por la fiesta gitana que se celebra cada año los días 24 y 25 de mayo, el Abrivado, las corridas y carreras de toros, y por su reconocida gastronomía. En Camargue Las tradiciones populares siguen muy vivas. ellos siguen reproduciéndose caballos e Tori que caminan libremente entre marismas, marismas, campos y carrizales habitados por alrededor de 350 especies de aves, entre ellas los flamencos rosados.


    Le salina – de donde se extrae la famosa sal de Camarga – se extienden desde las playas de la costa mediterránea hasta la ciudad de Hoteles alrededor de Maries de la Mer, lo que se llama Baja Camarga. La Alta Camarga, sin embargo, es la zona más densamente poblada, que alcanza hasta Arles. Aquí, en una de las ciudades más antiguas de Francia, con muchas huellas del pasado romano, hay arenas, teatros antiguos, las termas de Constantino, templos y obeliscos. La ciudad también es famosa por sus fiestas tradicionales y festivales de música.

    Quizás la ciudad más famosa de la Camarga sea Saintes Maries de la Mer, que se desarrolló alrededor de una iglesia y, una vez rodeada de murallas, aún muestra huellas de un pasado histórico. Es aquí donde, según la leyenda, desembarcaron María Magdalena, María Salomé y María Jacobé en un barco procedente de Palestina. Por este motivo, además de ser una nota Balneario también es un destino para peregrinación. Se encuentra a pocos kilómetros Aigues-Mortes, durante muchos años bajo control de los benedictinos y habitada por los Caballeros Templarios: desde aquí comenzó la Séptima Cruzada en el siglo XIII.




    Además de los pueblos, hay muchos pueblos en los alrededores que merece la pena visitar. Aimargues, con su castillo construido sobre una antigua fortaleza romana, y la antigua iglesia transformada en mercado. Vauvert, un pueblo rural entre viñas con el castillo. En verano cobra vida con el festival de jazz. Saint-Gilles, en la frontera con Languedoc, con sus edificios, la abadía y el castillo. Salin-de-Giraud, un pueblo de dos mil almas nacido en el siglo pasado para un proyecto industrial, atrae a los turistas por sus faros. San Lorenzo de Aigouze, un pequeño pueblo histórico, con un fuerte y un castillo.




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